Fue un amor maldito…entre dos seres oscuros y solitarios… carniceros, asesinos… bestias entrenadas.
Se encontraron en el bosque… ella blanca y altiva… él, peludo y salvaje…
Ella se acercó y mirándolo a los ojos le dijo.
__ Amor mío e intentado hablar con mi padre pero la sola idea de pensar en su reacción me aterroriza, en que momento el amor hiso que nuestros caminos se cruzaran, si sabemos que lo nuestro no podrá ser jamás.
Él le respondió:
—Tenemos el débil secreto que nos protege. La naturaleza prohibió nuestra pasión, pero nuestras pieles eligieron conocerse. Mi raza y la tuya son enemigos, pero nosotros somos amantes… podríamos huir… y no detenernos jamás…
Luego se arrodilló y susurró…
—Sé que nos encontrarían… te pido algo… amémonos por una vez como somos en verdad… hunde tus colmillos en mi carne…y permite que mis garras arañen tu cuerpo… quiero amarte salvaje… que seas verdaderamente mía…
Ella se abrazó a él susurrando en sus labios.
__ te amare aun después de que mi corazón deje de latir, soy tuya hoy y lo seré por toda la eternidad, no me importa morir a tu lado porque en tus brazos la muerte solo será una dulce melodía de arrullo a mis oídos.
__sus labios se unieron en un beso eterno mientras el poco a poco la hacía suya en medio de la noche, bajo los rayos de la luna que a lo lejos miraba a la pareja con ternura y nostalgia.
La identidad real de ambos floreció… y se amaron entre mordidas, aullidos, saliva, sangre… la noche los arropaba. Ella bebió la sangre de su amado, sus dientes arrancaron la dermis de su cuello, dejando manar su fluido. Él, hundió sus dientes en los glúteos de ella, mientras sus garras penetraban la pálida espalda de su dama. Las bestias fueron desatadas, la locura se apoderó de los dos… pero el alba se asomaba. Ella le pidió que fueran a una caverna cerca de allí, en ese lugar tenía preparado un refugio… le pidió que olvidaran alimentarse, que cuando lo necesitaran, que se nutrieran de sus cuerpos… que el fin los sorprenda en medio de su pasión…
___Y bebieron de sus labios el dulce néctar de la sangre, mientras se iban tiñendo de rojo las sábanas blancas...
Fin
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