Amor Sangriento

Hace muchos años vivió una hermosa joven de 14 años de edad piel blanca aterciopelada ojos
verdes como esmeraldas, su cabello negro ensortijado largo hasta la cintura; sin duda alguna, la joya más hermosa del Reino, hija única del Rey. Su nombre le hacía honor a sus ojos “Esmeralda”
Solía ir al pueblo, siempre acompañada de su vieja nana Romina.
Un día, como siempre acudieron a la panadería del pueblo a comprar el pan para la merienda. Siempre había pan recién horneado.

Un joven muy apuesto, atendía la panadería.
Esmeralda al verlo, sintió una emoción que hizo estremecer su cuerpo sintiendo su corazón palpitar con fuerza, el joven miro a los ojos a Esmeralda, sintiendo la misma emoción que ella, era como si el destino les tenía preparado ese encuentro.

A partir de ese día Esmeralda acompañaba a su nana todos los días al pueblo por el pan. Ambos jóvenes no se hablaban, mas con la mirada se decían todo.

“Cuando el amor existe las palabras son innecesarias basta con mirarse a los ojos para saber lo que hay dentro del alma.”

Un día, él se decidió y sigilosamente deslizo una pequeña nota a la joven, sin que su nana se percatara de ello. Inmediatamente la guardo dentro de su bolsa con cierto nerviosismo.

Al llegar a su palacio, Esmeralda presurosa se dirigió a su alcoba a leer la nota.

“Perdone mi atrevimiento. Mí nombre es Carlos, quiero decirle, que desde que vi sus hermosos ojos, me cautivó su tierna mirada y me tome el atrevimiento de escribirle esta nota. Espero poder verle mañana a las 6.00 de la tarde en el árbol de cedro que está a la entrada del bosque.”

Esmeralda emocionada y nerviosa espero con ansia el día siguiente, contando las horas y los minutos para ir al encuentro con Carlos. Ahora sabía su nombre y eso la hacía más feliz.
Al acercarse la hora de la cita fingió un dolor de cabeza y se retiró a su alcoba a descansar.
Sin que nadie se diera cuenta, salió del castillo burlando la vigilancia.

Carlos la esperaba impaciente, al verla no fueron necesarias las palabras, se miraron a los ojos profundamente. Acercando sus labios lentamente, para fundirse en un beso de amor.

Desde ese tarde empezaron un romance que nació de tan solo unas miradas.

Pero la felicidad siempre viene acompañada de tragos amargos. Carlos ocultaba un secreto que tenía miedo de revelar a su amada. Pero ya no podía seguir ocultándolo más. Ella le hacía preguntas, de porqué no podían verse en otro horario, ya que si seguía inventando excusas para retirarse temprano a su alcoba su padre empésaria a sospechar que algo extraño sucedía.
Su cumpleaños estaba próximo y eso la mantenía algo ocupada y dejo de insistir a Carlos.
En el palacio había una gran algarabía por la fiesta de la princesa. El rey mando invitar a toda la nobleza entre ellos jóvenes príncipes para que su hija conociera y pudiera comprometerse.
El rey ya era un hombre viejo y viudo, necesitaba dejar su reino asegurado y a su hija casada para que no quedara sola el día que el muriera.



LA GRAN FIESTA



Por fin el gran día llegó. Ella, lucía radiante con su hermoso vestido dorado, bordado con hilos de oro. Haciendo resaltar aún más su belleza.
Condes y príncipes estaban presentes. él vals empezó. Bailó con su padre, quien inicio el baile, luciendo por todo el salón a su bella hija, su rostro reflejaba una gran sonrisa de orgullo.
Llego el momento de ceder el turno a los invitados, que fueron pasando uno a uno hasta tocar el turno al conde Adrián de Lira. Un rico heredero muy apuesto. Que al ver a la princesa quedo maravillado con su belleza. El rey vio con buenos ojos el interés del conde De Lira hacia su hermosa hija.
Mientras tanto escondido entre los arbustos el joven panadero observaba por uno de los ventanales del palacio a su amada bailar alegremente.

! Parece una diosa ¡ musito en voz baja.

Cuando termino el vals, el conde tomo una copa de vino y caminó hacia el ventanal, grande fue la sorpresa de Carlos al verle el rostro que de inmediato se alejo corriendo de ahí sin parar hasta llegar a su casa.


en el palacio la fiesta continuó. El conde se dirigió al Rey a solicitarle permiso para frecuentar a la princesa. Complacido el rey aceptó. Esmeralda no estaba de acuerdo, se lo comunico a su padre pero el fue determinante y ella no tuvo más que aceptar su decisión. La fiesta termino y Esmeralda se fue a dormir.



Un misterio por revelar.

Ya entrada la madrugada. un aire ligero abrió la ventana del balcón. Una sombra se detuvo frente a la cama de la joven princesa, observándola como dormía profundamente, se acercó sentándose a un lado de ella, acariciándole la frente, mirándola con mucha ternura y amor. Ella despertó al sentir la presencia de alguien cerca.
Y alcanzo a ver la silueta de un hombre salir por la ventana, el aroma quedo impregnado en la habitación era el mismo aroma de su amado. Eso la hizo quedarse con un poco de incertidumbre.
Al tercer día, acudió como siempre a la cita y se lo comento a Carlos. Pero él la persuadió, diciéndole que solo había sido un sueño.

Una diligencia se acercaba, pero ellos no se percataron de eso. _grave error_ en la diligencia venia el conde De Lira, que vio a la joven pareja que se besaba con tanto amor.
De inmediato, entro en cólera y ordeno a sus guardias investigar quién era el hombre que osaba poner los ojos en su amada princesa.
Al recibir el informe un gesto de desagrado y odio se dibujó en su rostro.
El hombre que se atrevió a poner los ojos en su amada, era el hijo de su peor enemigo de hace cientos de años. Un vampiro con el cual lucho a muerte por una mujer.
Y ahora la historia parecía repetirse y eso no lo iba a permitir.

Mientras tanto Carlos estaba decidió a contarle todo a su bella Esmeralda y esa noche fue a visitarla a su alcoba, entrando sigilosamente por la ventana del balcón. Un viento frio entró en la habitación y él se paró frente a su cama observándola. Ella despertó al sentir el frío viento sobre su cara y se espantó al ver la silueta de un hombre frente a ella.
Él le dijo:
_No temas mi bella dama, soy yo.
He venido a decirte toda la verdad acerca de mí, aunque con esto pierda para siempre tu amor…

Ella le dijo: _No temas en decírmelo amor mío, sabes que pase lo que pase jamás dejare de amarte_

“Hace años, mi padre se enamoró de una hermosa joven, pero ella estaba comprometida para casarse con el hijo de un conde, Ella también amaba a mi padre no le importó que el fuera un vampiro, Si amor mío, “Soy un Vampiro” Ellos lucharon por estar juntos. Escaparon huyendo muy lejos. Pero el prometido de ella, no se quedó tan tranquilo y los busco hasta dar con ellos mató a mi padre y obligo a mi madre a casarse con el. Pero, cuando ese hombre se dio cuenta que mi madre estaba embarazada de mi padre, la encerró en un calabozo, hasta que yo nací mandándome desaparecer, pero la partera se apiado de mí y me dejo en casa de una familia que me crio como hijo propio, al crecer me contaron la verdad de mi nacimiento, también que mi madre al no olvidar a mi padre y no poder amar al conde murió de tristeza encerrada en ese calabozo.

Cuando supe la verdad de inmediato fui en su busca, pero él desapareció sin dejar rastro alguno y llevo muchos años buscándolo, hasta que por fin lo encontré.”

Esmeralda escuchaba atónita y con miedo pregunto…
¿Lo has encontrado? ¿Quién es? ¿Lo has visto?

Carlos se sentó a su lado, deslisándo su mano por el cabello de la joven.

Mirándola fijamente le dijo.

_Es el conde Adrián De Lira._

Ella, se llevó la mano a su pecho, angustiada y con temor, le contó a Carlos que su padre quería que ella se casara con el conde. Debían pensar en una solución para evitar esa boda.
Ella amaba a Carlos sin importarle lo que era y estaba dispuesta a todo para que no la separaran de su amado.
Esmeralda pregunto; ¿Él Conde también es un vampiro?
Carlos rodo los ojos desviando la mirada, _si, lo es y muy peligroso.
Esmeralda se angustió al saberlo.

Lo que ellos no imaginaron era que el conde estaba enterado de todo y mando vigilar el palacio, el día en que ellos escaparon, de inmediato el conde mando seguirlos, sin que ellos se dieran cuenta. A medio camino, los detuvieron los guardias del conde y los llevaron ante su presencia.

¡tánto tiempo pequeño bastardo! dijo el conde irónicamente

Se acerco a Carlos, tomándolo por el cuello, apretándolo con fuerza, Carlos le dijo.
-Eres un cobarde- ordena que me suelten y pelea de frente. Deja que ella se marche.

El conde rio con burla. _ ¿Acaso crees que te temo pobre iluso? si antes acabé con tu padre tú no serás rival para mí. ¡suéltenlo!_ ordenó.
Esmeralda observaba, temblando de miedo, sin poder hacer nada.

De inmediato se armo una lucha cuerpo a cuerpo entre los dos vampiros, parecían fieras salvajes, el odio se reflejaba en sus ojos enrojecidos, luchando por amor y por una vieja deuda.
Úna sed de venganza, sin importarles destrozarse, su sangre ardía como ríos de lava corriendo por sus venas era una lucha a muerte hasta quedar uno de los dos vencedor.
Uno tendría que morir esa noche y ninguno estaba dispuesto a perder.

Esmeralda suplicaba que pararan esa masacre pero ellos no escuchaban, ninguno de los dos cedía.
Pero siempre la fuerza es mayor en uno , Carlos estaba a punto de vencer al Conde, lo tenía sobre la pared apretándole el cuello hasta hacerlo desfallecer, pero él Conde deslisó su mano por la pared sin que Carlos lo notara, tomo una de las espadas que tenía colgadas en la pared y con la poca fuerza que le quedaba atravesó el cuerpo de Carlos sin piedad, cayendo este al suelo, inmediatamente Él Conde se avalanzó sobre el cuerpo desfayecido hundiendo su mano en el pecho y le sacó el corazón, el cuál devoro con exquisito frenesí, saboreando su victoria, tomó la espada y de un solo tajo le corto la cabeza.
Un grito de horror exclamó Esmeralda que retumbo en todo el palacio, quedando desmayada al ver la masacre.

Cuando despertó, creía haber tenido una pesadilla. Pero no era así. En el suelo yacía el cuerpo de su amado, totalmente destrozado. Intento acercarse, pero los guardias la detuvieron y la encerraron en una de las habitaciones del palacio.
Así permaneció varios días.
El único contacto que tenía, era con la criada que le llevaba la comida.
Hasta que se dio cuenta que con esa actitud jamás saldría de ahí.
Cuando Él Conde fue a visitarla, ella cambio totalmente su actitud y acepto la boda con él.
De inmediato se anunció el gran acontecimiento y el día tan esperado llego.

Fue una boda en todo su esplendor, luego se retiraron a su alcoba antes de que terminara la fiesta, sin que nadie se diera cuenta.
El matrimonio se consumó.


La Venganza



Élla esperó pacientemente el amanecer y cuando su esposo dormía profundamente, saco una estaca echa con madera de fresno, que le había dado la mujer que le llevaba los alimentos, la cual le había tomado mucho cariño cuando estaba en cautiverio.
Y sin dudarlo un segundo, la clavo en el corazón del Conde, él abrió los ojos desmesuradamente, dejando escapar un chillido agudo de su garganta, para después morir.
El rostro de esmeralda reflejaba todo el odio que sentía, sus ojos, la furia y la seguridad de lo que acababa de hacer; la criada que la aconsejó ya tenía todo preparado, e inmediatamente quemaron el cuerpo del Conde.

Salieron por la parte trasera del castillo sin mirar cómo se consumía en llamas todo, dejando atrás toda esa pesadilla.
Al fin había vengado la muerte de su gran amor.

Lo que ella no imaginaba que en su vientre llevaba sembrada la semilla de esa pesadilla de horror…

FIN

Autor Lα Dαмα Dє Lαs Tiniєblαs
©Copyright - All rights reserved 2013


No hay comentarios:

Publicar un comentario